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La Izquierda Española en la prensa

11/01/2024 - 

CARTAGENA. El foro de pensamiento Jacobino ya ha registrado un nuevo partido político. Sus señas de identidad quedan reflejadas en su nombre: Izquierda Española. Se trata, por un lado, de una formación entre socialdemócrata y socialista y, por otro lado, contraria a conceder privilegios a las regiones con mayoría separatista. Viene a ocupar un nicho político vacante hasta ahora en España. Como he reiterado, en nuestra nación había partidos políticos uninacionalistas de derechas, plurinacionalistas de derechas y plurinacionalistas de izquierdas, pero no uninacionalistas de izquierdas. Quizás antes lo era el PSOE, aunque lo difuminaba el hecho de que aceptase ser sustituido en Cataluña por el PSC. En cualquier caso, la senda emprendida bajo los mandatos de los presidentes Zapatero y Sánchez, con pactos con los separatistas y concesiones de todo tipo, económicas, lingüísticas y jurídicas, deja claro que no podemos contar con ese partido para defender la igualdad de los españoles que viven en diferentes regiones. Ahora quizás Izquierda Española pueda cumplir ese papel. El trato que le ha dado la prensa es bastante revelador. Pondré algunos ejemplos.

En ABC, Ignacio Camacho ha empleado un lenguaje irónico, que no todos captarán, para burlarse de los pactos entre los socialistas y los sumaristas con los separatistas. Trata a los jacobinos de jóvenes despistados que proclaman la caducada igualdad cívica y territorial entre los ciudadanos. Les desea suerte, pero se teme que sus ideales carezcan de apoyo por consunción de la verdadera socialdemocracia. En ese mismo periódico, Pedro García Cuartango se siente afín a los ideales de Izquierda Española, pero se teme que la polarización imperante bloqueará que reciban los votos de los socialistas desencantados con Sánchez. En resumen, un diario conservador ha recibido a Izquierda Española con tanta simpatía como escepticismo.

En El País, Idafe Martín Pérez lo califica despectivamente de Izquierda Pagafantas. ¿Por qué? Porque solo puede beneficiar a los partidos de derechas puesto que, eventualmente, sus votos saldrían de los que ahora votan al PSOE y a Sumar. No se ve con ánimos para criticar directamente los objetivos de Izquierda Española, la igualdad de todos los españoles al margen del código postal, pero espera que fracasen cuanto antes.

En Público, el grupo de Tremending Topic duda de que Izquierda Española sea verdaderamente de izquierdas. Incluso recogen un mensaje telemático del diputado separatista Gabriel Rufián en el que compara el nacimiento del nuevo partido con el repetido bulo de que Mbappé va a ser fichado por el Real Madrid.

"LOS medios liberales APLAUDEN LA CREACIÓN DE IZQUIERDA ESPAÑOLA, MIENTRAS QUE LOS DIARIOS SOCIALISTAS EMITen BURLAS Y PREVENCIONES"

En El Diario.es, Alberto Garzón ha descubierto de repente que el proyecto nacionalista español también tiene cabida en la plurinacionalidad. Dice que, sin aceptar que también España es una nación, no será factible consolidar el proyecto plurinacional. Solo que el exministro llama España a lo quedaría de España cuando se le restasen las provincias vascas, las catalanas, las gallegas, las asturianas, las valencianas y Navarra. O sea, lo que yo siempre he llamado Hemiespaña. Solo que el nuevo ardor nacionalista hemiespañol de Alberto ha surgido justamente cuando (y porque) ha nacido Izquierda Española. En ese mismo periódico, Diego Alonso Peña los reduce a un grupo de personas contrarias a Sánchez. Tampoco critica sus ideales, pero intuye que beneficiaría a la derecha.

En Libertad Digital, Antonio Robles nos recuerda la frase de Víctor Hugo según la cual "cuando a una idea le ha llegado su hora, nadie la puede parar". Con argumentos parecidos a los que antes expuse, Antonio reconoce que ya ha llegado la hora de la idea de Izquierda Española. Después, eso sí, de que lleve tres décadas fracasando.

En El Periódico, Silvia Martínez explica detallada e imparcialmente en qué consiste el proyecto de Izquierda Española y quiénes lo sustentan. En La Verdad de Murcia, Miguel Ángel Alfonso también los define como un grupo de descontentos con Sánchez y recalca que su prueba de fuego serán los resultados que obtengan en las elecciones europeas.

En La Opinión de Murcia, Ana Cabanillas describe con precisión los orígenes de los principales miembros de Izquierda Española. Vienen de Izquierda Unida, Ciudadanos, Unión, Progreso y Democracia e incluso del PSOE. Señala que son gentes que sienten que el proyecto plurinacional de la izquierda tradicional los ha dejado en la orfandad política.

En El Mundo, Rafa Latorre destaca que la aparición de Izquierda Española ha enfurecido a la izquierda tradicional. Y no solo porque vean en esa formación un posible competidor electoral, sino porque sienten que llevan razón en mucho de lo que dicen. Y tanto, diría yo. Como que el ministro Garzón ya habla de la conveniencia de reconocer que España es una nación (una heminación, mejor dicho).

Finalmente, dirigido por Francisco Valero, Murcia Plaza es el periódico, junto con The Objetive, que más espacio ha dedicado primero a Jacobino y luego a Izquierda Española.

En resumen, los periódicos conservadores y liberales aplauden la creación de Izquierda Española, aunque creen que no tendrán éxito. La idea latente es que los votantes de izquierdas son sinceramente tan plurinacionalistas que no creen que las desigualdades territoriales entren en contradicción con el ideal igualitario que teóricamente defienden. Más bien lo que ocurre es que prefieren la desigualdad a que gobierne el PP. En esa línea, los periódicos socialistas y comunistas han emitido todo tipo de burlas y prevenciones contra Izquierda Española. Interpretación: no les gusta la posibilidad de que se divida el voto izquierdista y comprenden el daño que les hace que la crítica a la plurinacionalidad no venga solo de la derecha, sino ahora también de la izquierda. El problema verdadero les llegará si Izquierda Española prospera. Porque es comparable a lo que se ha dicho del matrimonio: si los cónyuges se llevan mal no hay problema porque pronto se divorcian, pero en caso contrario sí hay un problema porque puede durar toda la vida.

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