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López Miras suelta lastre y rearma su Gobierno para las urnas con todo el peso para el PP

Fernando López Miras y Marcos Ortuño, el nuevo portavoz.

El presidente apuesta por perfiles técnicos y quita protagonismo a Isabel Franco y Valle Miguélez

17/01/2023 - 

MURCIA. Fernando López Miras ya juega el partido de las elecciones. Su nueva alineación, plasmada en una remodelación de Gobierno, es una firme prueba de ello. El líder del PP se rearma con perfiles técnicos y expertos para gestionar las áreas más sensibles y da todo el protagonismo de la Portavocía a su mejor representante del Ejecutivo, un dirigente de 'pata negra' del PP como es Marcos Ortuño. Además, el presidente suelta lastre, al deshacerse de su consejera más imprevisible, Mábel Campuzano; elimina así cualquier sobresalto inesperado de cara a la carrera electoral y sobre todo se aparta de la molesta etiqueta de Vox. También reduce competencias a los responsables expulsados de Ciudadanos, Isabel Franco y Valle Miguélez, que permanecen en el Ejecutivo pero con menos influencia y visibilidad. Con la legislatura prácticamente finiquitada (el trabajo legislativo de la Asamblea Regional echará el cierre en abril), López Miras pone toda la carne en el asador con la bandera del PP por delante.

El máximo mandatario de la Comunidad quiere controlar los riesgos en los próximos meses, cruciales para la cita con las urnas. No quiere jugar con fuego. Y para ello ha colocado a personas contrastadas e instruidas en la materia de tres focos muy delicados: el Mar Menor, la Educación y el área social. Ya no tocan consejeros 'paracaidistas', frutos de las monedas de cambio que obligaron los pactos para tumbar la moción de censura. Con los Presupuestos de 2023 en vigor -los más altos de la historia-, es ahora tiempo para la gestión y para la comunicación de las inversiones previstas. También es el momento para no fallar en el discurso ante cualquier incidencia. 

Experiencia y conocimiento de la casa

El aguileño Juan María Vázquez, catedrático de Medicina y Cirugía Animal, doctor en Veterinaria, es un buen conocedor de las vicisitudes universitarias y también del mundo de la investigación. Tiene experiencia de gestión como alto cargo de los Ministerios (lo fue entre 2012 y 2015), así como en las labores parlamentarias (fue diputado y hasta ahora era senador). Recoge el desafío de mejorar las relaciones entre las dos universidades públicas, la UMU y la UCPT. Y, especialmente, a su cargo queda el flanco más débil y preciado de la Región de Murcia: el Mar Menor. Un grito de auxilio en el instante más inoportuno puede cambiar el rumbo de unas elecciones. Miras lo sabe: lo ha temido siempre y ahora quiere blindar al máximo cualquier achaque de la laguna. Los 102 millones recogidos en las cuentas son la partida más alta destinada al Mar Menor. Y de paso libera de más tensiones al consejero Antonio Luengo, que lidia con otro hueso duro como es el Trasvase Tajo-Segura. 

Víctor Marín, Conchita Ruiz y Juan María Vázquez. Foto: MP

Con Conchita Ruiz y Víctor Marín, Miras apuesta por la casa, por los altos cargos que han trabajado entre bambalinas, lejos del ruido mediático y versados en los problemas que acarrean Consejerías tan expuestas e inflamables como son Educación y Política Social. Conchita Ruiz es puro PP: miembro de la ejecutiva regional del partido, es además hija de José Pablo Ruiz Abellán, el histórico consejero de Ramón Luis Valcárcel y ex Defensor del Pueblo. La periodista fue mano derecha de Miguel Ángel Cámara y también trabajó con José Ballesta durante su primer mandato. Desde 2019 ejercía como directora general de Personas con Discapacidad del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS). Ahora dirigirá la cartera de Política Social, Familias e Igualdad. 

Y para Educación llega un profesor de Geografía e Historia de Secundaria con bagaje en la Consejería. "Es un perfil de reconocido prestigio y conoce al detalle las particularidades del sistema educativo", subrayaba el propio Miras. Víctor Marín fue jefe del Servicio de Innovación y Formación del Profesorado desde 2016 hasta de 2019. Después desempeñó durante cuatro meses como subdirector general de Innovación Educativa y Atención a la Diversidad. Y desde principios de 2020 era el director general de Planificación Educativa y Recursos Humanos. Ahora asume el reto político de su vida.

Adiós a la 'era Campuzano'

Miras pone fin a la etapa de Campuzano. Su presencia supuso más de un quebradero de cabeza al presidente, por su vehemente y desacomplejada forma de afrontar la política. Tuvo incluso que liberarla de las competencias de Cultura para apagar una crisis interna. Muy cuestionada por los sindicatos y la oposición por su ideología, Campuzano, recelosa de las vacunas, defensora a ultranza de los valores que conforman Vox, siempre fue objeto de polémica. Plantó cara a la 'Ley Celaá' y luchó contra el lenguaje inclusivo en los libros de texto, aunque su 'pin parental' al final se aplicó de manera descafeinada. Miras, asimismo, evita aparecer en el sprint electoral con el mantra de albergar a un consejero de Vox. No en vano, fue la primera pregunta que le lanzó la prensa una vez anunciada la remodelación. "Ella no pertenece al partido que me cita", respondió Miras. Lo cierto es que, aunque apartada por Santiago Abascal desde 2020, Campuzano nunca renegó de las ideas de Vox.

Menos peso para Isabel Franco y Valle Miguélez

Isabel Franco y Valle Miguélez. Foto: MARCIAL GUILLÉN (EFE)

Un runrún se desató en la tarde en que trascendía que Miras daba un vuelco a la composición de su Gobierno. ¿Se cargaría a las consejeras expulsadas de Ciudadanos? La noticia, de hecho, pilló a Valle Miguélez reunida con el embajador de Mauritania (al menos así lo reflejaban sus redes sociales). Finalmente, no; el vuelco no fue tal. Franco y Miguélez continúan hasta el final, pero, eso sí, lo hacen con un papel menor, relegadas de sus amplias competencias. Pierden ascendiente. Franco dejará de sufrir el desgaste de la fuerte contestación social que acarreaba su Consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI (esta desaparece), Familias y Política Social; y Miguélez ya no dirigirá una macroconsejería, al perder Empleo y Universidades. Tampoco será la voz del Gobierno. Con todo, se mantienen. Y sus motivos tiene el presidente: debe lealtad a Franco, que lo sostuvo en los momentos más críticos de la legislatura, cuando su Ejecutivo pendía de un hilo. Y Miguélez fue el factor clave para desactivar la moción de censura. Los autoproclamados liberales (los tránsfugas, como esgrime la oposición) nunca han roto su fidelidad con el jefe del Gobierno regional, a quien incluso respaldaron en su reforma para eliminar la limitación de mandatos. Y..., quién sabe, tal vez sean futuribles fichajes del PP para las listas; un extremo no confirmado, pero no descartable a la vista de los pasos que han dado otros socios como Francisco Álvarez, que se afiliará al PP.

Sólo tres consejeros siguen desde 2019

Foto del primer Gobierno de López Miras, en 2019. Foto: CARM

Otra especulación, aunque menor, que Miras despejó de raíz fue la continuidad de Antonio Luengo y José Ramón Díez de Revenga. Los dos consejeros quedaron fuera del organigrama orgánico que Miras diseñó en verano para el PP regional, lo que dio pie a cierto pábulo para las suspicacias. Nada más lejos de la realidad. Ambos siguen en el Gobierno. Son, de hecho, los dos únicos, junto con Franco, que permanecen con Miras desde el inicio de la legislatura. Luengo, ya sin Mar Menor ni Medio Ambiente, podrá centrarse en el área agrícola, una responsabilidad de por sí con mucha envergadura en la Región.

Un hombre de partido para la Portavocía

Marcos Ortuño. Foto: LA ROCA

El otro gran movimiento relevante es el nombramiento de Marcos Ortuño como portavoz. El yeclano, persona fuerte de Miras, crece en trascendencia y protagonismo. Él será la voz y la imagen de la Comunidad después de los Consejos de Gobierno. Para cualquier asunto, en realidad. Y Miras lo fía todo a un político con muchas tablas sobre la arena mediática, que conoce bien las entrañas del PP y que goza de su máxima confianza. En las ausencias de Miguélez, Ortuño ya ejercía como tal, exhibiendo la línea argumental de la Comunidad. Fue él, y no la consejera, quien comandó el rechazo frontal contra los postulados de la Fundación Ingenio y Vox. La Portavocía, tan frágil y tan agitada en otro tiempo, pasa ahora a manos fiables -a juicio de Miras-. Ortuño es un hombre del Gobierno y sobre todo del partido.

En su intervención, Miras dedicó bastante a tiempo a reseñar que todas sus decisiones piensan "exclusivamente en mejorar la vida de los murcianos". No vamos a negar la mayor al presidente. Pero nada es casualidad en política. Las elecciones están a la vuelta de la esquina y la legislatura está prácticamente liquidada. Los cambios llegan además en el día en que un medio nacional, El Mundo, publica una encuesta otorgando una holgada victoria electoral a Miras. Sin mayoría absoluta, sí, pero muy contundente. Es decir, un triunfo a lo Ayuso en Madrid. Miras no es nuevo en las lides políticas. Lleva seis años al frente del Gobierno regional y aspira a estar toda una década. Por eso mueve sus piezas: se quita lastre, rearma el relato del Gobierno, intentando aplacar las debilidades, y se lanza por todas a la búsqueda de un Gobierno monocolor del PP. La precampaña electoral ya está en marcha.

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