Argumentos
Desde Vox sostienen que "numerosos estudios e informes, como el del Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor, indican que la crisis ambiental de la laguna está provocada por la histórica entrada de contaminantes (principalmente, nitratos, fosfatos, pero también metales procedentes de los arrastres de estériles de la minería) generados por diversas actividades, públicas y privadas, desarrolladas en su cuenca vertiente".
Según aduce Martínez Alpañez, "una recuperación del Mar Menor compatible con la actividad humana es imposible mientras las actuaciones correctoras pongan el foco de atención únicamente en una de las posibles causas de degradación de la laguna y se obvien las restantes". Añade que el preámbulo de la Ley 3/2020, de 27 de julio, ya habla de esto: "El proceso de transformación económica, social y urbanística que ha afectado al Mar Menor en el último medio siglo (y aun antes, en el caso de la minería) ha supuesto multitud de impactos en el medio físico y natural y hace del Mar Menor un área necesitada de una especial protección".
Vox denuncia que tampoco ha ayudado en estos años "la mala planificación turística y urbanística del entorno de la laguna que ha soportado otro tipo de vertidos asociados al crecimiento urbano y la transformación del territorio, hasta tal punto que ha obligado a la Comunidad al establecimiento de una moratoria urbanística".
Alpañez resalta el impacto del Real Decreto-ley 11/1995 y su desarrollo a través del Real Decreto 509/1996, que implementan normativas conforme a la Directiva 91/271/CEE. "Este marco regula el tratamiento adecuado de las aguas residuales urbanas, garantizando su procesamiento antes del vertido. En términos generales, el cumplimiento se logra mediante inversiones en sistemas colectores para la recogida y conducción de aguas residuales, así como diversos tratamientos previos al vertido en aguas continentales o marítimas".
Por eso, puntualiza, "este tratamiento riguroso de las aguas residuales requiere, no sólo de depuradoras, sino también de una red de saneamiento bien mantenida y con capacidad suficiente para soportar los picos de presión exponencial que se producen durante los meses de verano debido a la multiplicación de la población en el entorno, impidiendo averías y vertidos al Mar Menor".
Sin embargo, "a pesar de las inversiones significativas en infraestructuras de depuración en las áreas urbanas cercanas al Mar Menor en los últimos años", Vox denuncia que "los vertidos persisten debido a limitaciones en la tecnología y la gestión del agua residual. Aunque se aplican diversos tratamientos, la calidad resultante nunca alcanza un nivel aceptable para considerar estos efluentes como aguas depuradas".